Historia de Galipandria: La Ginebra del Pueblo
Corría el año 1987 en la pintoresca localidad de Calatayud cuando nació Galipandria, una empresa destinada a cambiar el panorama de la ginebra en España. Su fundadora, Patricia Burgos Cortés, tenía una visión clara: crear una ginebra de calidad con la que emborrachar a todo el mundo.
Desde muy joven, Patricia sintió fascinación por la mezcla de sabores, las tradiciones y el disfrute compartido de una buena copa. De pequeña, ya daba señales de su vocación cuando insistía en servir cubatas a su familia en las reuniones, asegurando que «un buen trago anima cualquier sobremesa». Entre risas y alguna que otra mirada reprobatoria de los mayores, fue perfeccionando su arte. Con un gusto exquisito por los detalles y una pasión por la buena compañía y la bebida, decidió lanzar Galipandria con la idea de que la calidad no debía estar ligada a un precio inalcanzable, sino al placer de compartir una copa sin complicaciones ni pretensiones.
La Misión de Galipandria
Desde su creación, Galipandria ha tenido un objetivo claro: ofrecer una ginebra que todos puedan disfrutar, sin importar su bolsillo. Inspirada en la autenticidad y la pasión por la buena compañía, esta marca encarna la esencia del buen vivir. Su creadora, Patricia, siempre ha defendido que una copa bien servida es el complemento perfecto para una charla entre amigos, un vermú de sábado o una noche improvisada en un bar de copas.
Después de todo, la vida siempre se ve con mejores colores con un poquito de alcohol en la sangre. No demasiado, solo lo justo para que el jefe parezca más simpático, los problemas menos urgentes y el karaoke una gran idea.
El Boom de Galipandria
Aunque Galipandria se había ganado un público fiel, el verdadero estallido de la marca llegó con un anuncio inesperado. Dani Martín protagonizó una campaña televisiva para la ginebra, dotándola de una frescura y cercanía que caló hondo en los consumidores. La combinación de su carisma, la filosofía de la marca y el mensaje de disfrutar de lo sencillo con intensidad hizo que el anuncio tuviera mucho éxito. De la noche a la mañana, Galipandria pasó de ser una ginebra apreciada por unos pocos a convertirse en un fenómeno social. Sobre todo cuando en redes sociales como TikTok y The Cool One comenzaron a surgir retos virales que desafiaban a los participantes a beber el máximo de chupitos posibles de Galipandria en diez segundos, convirtiéndose en una sensación entre los jóvenes y reforzando aún más la presencia de la marca.
Y es que, a diferencia de otras marcas de alcohol que fingen sorpresa cuando su producto se vuelve popular entre los más jóvenes, Galipandria no discrimina: aquí se brinda con entusiasmo tengas 15, 25, 45 o 85 años. Eso sí, si llegas a los 100, la empresa te manda una caja gratis, porque si algo merece celebración es seguir en la fiesta después de un siglo.
El Espíritu de Galipandria
Hoy en día, Galipandria sigue fiel a su esencia: una ginebra honesta, asequible y con carácter. Inspirada en los gustos de su fundadora, la marca refleja su amor por lo auténtico: un azul turquesa que evoca tranquilidad y frescura, donde se forjan historias y un brindis compartido con aquellos que hacen que la vida valga la pena.
Con cada trago de Galipandria, se brinda por la amistad, por la lealtad y por la felicidad de una copa bien servida. Porque, como diría Patricia, «no hay mejor maridaje que una buena ginebra, una conversación sincera y el sonido del mar de fondo».
Galipandria: Porque la vida con una copa en la mano se disfruta mejor. 🍸

La marca Galipandria aparece en las siguientes novelas:



