Como un cielo sin estrellas es, sin duda, la novela más auténtica y especial que he leído en mucho tiempo. Porque es un relato de amor, de familia, de aprendizaje, de autodescubrimiento. Y al mismo tiempo tiene tintes de thriller, con el logro, nada fácil, de no caer en ningún momento en clichés o en construcciones típicas. Es una historia de historias y es única.
Creo que es una lectura altamente recomendable por muchos motivos, pero sobre todo porque va a ser difícil leer algo que, al mismo tiempo, sea tan dulce, tan real, original y sorprendente.
Entre los puntos fuertes de la historia, encontramos una colmena de personajes nunca vacuos, nunca estereotipados. Con personalidades propias, en sus conversaciones, casi puedes escucharlos. Puedes adentrarte en sus vidas, entenderlos, porque despiertan una empatía que solo subraya lo bien construidos que están.
a historia fluye, con una lectura ágil, sin perder su estela como bien refleja la portada tan bien escogida; el libro resplandece durante toda la historia y no pierde la luz ni en los momentos finales, que (sin hacer ningún spoiler), harán que te estalle la cabeza.
La narración en primera persona, desde el punto de vista de un personaje con un corazón enorme y tan especial, otorga unas pinceladas de magia que llenan de ternura la tinta que recorre las páginas.
Pero lo más reseñable, al menos en mi opinión, es observar el proceso de madurez del personaje protagonista y de los que le rodean. Al pasar las páginas, creces con él, entiendes cómo aprende, cómo cambia él y cambia su vida, cómo se desarrolla él y su entorno. Esto hace que te empapes en la historia, que te identifiques con personajes y que alguna noche no te deje pegar ojo por querer leer más, porque engancha.
En pocas palabras, es una lectura que no solo merece la pena, sino que es realmente recomendable. Es disfrutable, entretenida, enternecedora y sorprendente. Tanto que, cuando la termines, te quedarás con ganas de leer más. Porque tu apetito lector, después de leer un libro tan grande en tantos aspectos, será difícil de llenar y se quedará vacío, como un cielo sin estrellas.