La Historia de Eterna: El Sueño de Margarita González
En 1971, en el pintoresco municipio de Laviana, en Asturias, nació Eterna, una marca que cambiaría el concepto de belleza en España. Sin embargo, el verdadero nacimiento de Eterna comenzó con la visión y pasión de Marga González, una mujer profundamente conectada con la naturaleza y con una idea clara: la belleza no es solo una apariencia, sino un reflejo de lo que somos en nuestro interior.
Desde pequeña, Marga encontró consuelo en el campo. Rodeada de montañas y praderas, pasaba horas contemplando la belleza natural de Asturias, un lugar que le dio inspiración para su vida y su carrera. No le atraía la vida bulliciosa de la ciudad; el campo, con sus amapolas y su aire fresco, le ofrecía la serenidad y la creatividad necesarias para dar vida a su sueño.
Así fue como, en 1971, Marga fundó Eterna. La empresa comenzó con una pequeña línea de cosméticos elaborados con ingredientes naturales, inspirados en los aromas que más amaba: la bergamota y la canela. Eterna no solo se dedicaba a la venta de champús, cremas y productos de belleza, sino que también era un reflejo de su propia filosofía: productos sencillos, auténticos y eficaces, que ofrecieran un cuidado duradero, tal como su propio nombre lo indicaba.
Con el paso de los años, la visión de Marga se transformó en una realidad palpable. Su incansable dedicación a la calidad y su profundo respeto por la naturaleza impulsaron a Eterna a crecer a gran velocidad. Cada nuevo producto que lanzaba al mercado no solo cumplía con las expectativas, sino que se convertía en un éxito rotundo. Marga siempre ha sostenido que la verdadera belleza nace de la armonía entre uno mismo y su entorno, una filosofía que ha impregnado cada aspecto de la marca.
Uno de los productos más exitosos de Eterna fue el champú con aroma a canela, que rápidamente se convirtió en uno de los más vendidos. La fragancia cálida y envolvente capturó la esencia de la marca, convirtiéndolo en un favorito entre los clientes.
Eterna continuó su expansión, cruzando fronteras y comenzando a llegar a Europa, llevando consigo la esencia de la vida en el campo asturiano: la calidez del otoño, el brillo de las montañas y la paz que solo el campo puede ofrecer. Bajo la dirección de Marga, la marca nunca perdió su enfoque humanista. “No es más quien más tiene, sino quien disfruta de su vida sin esperar más”, dice siempre, y esa filosofía se refleja en cada rincón de Eterna.
La marca también ha tenido una gran presencia en el mundo de la moda y la publicidad. Marga eligió a la reconocida actriz Loles León para ser la imagen de los productos femeninos de Eterna, capturando la esencia de la belleza madura y auténtica. En la línea masculina, el actor Dani Rovira se convirtió en el rostro de los productos de cuidado personal para hombres, aportando frescura y simpatía a la marca.
Además, Eterna ha logrado conquistar a grandes personalidades del mundo de la cultura. La cantante Rigoberta Bandini se ha declarado fan de la marca, afirmando que la utiliza desde que tiene uso de razón. «Eterna es sinónimo de autenticidad y frescura. La uso siempre porque confío en la calidad de sus productos, que me hacen sentir más yo misma», expresó Rigoberta en una entrevista, destacando el impacto positivo que la marca ha tenido en su rutina de belleza.
Hoy, Eterna es una marca internacionalmente reconocida, pero sigue siendo el reflejo del espíritu de Marga González. Una marca que nació en Laviana, en el corazón de Asturias, pero que ahora lleva consigo el legado de la belleza natural y la autenticidad a miles de personas por todo el mundo.

La marca Eterna aparece en las siguientes novelas:



